Entrevista De Sylvia London a Tom Andersen

domingo, 23 de mayo de 2010

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Entrevista con Tom Andersen[1]

Una Conversación.... Emotiva y Reflexiva[2]

Sylvia London, M.A., L.M.F.T.[3]

“No pienses, ¡sino mira!”

Wittgenstein (Investigaciones Filosóficas, 66)

“Los resultados de la filosofía son el descubrimiento de alguno que otro simple sin sentido y de los tropiezos que el entendimiento ha tenido al tocar los límites del lenguaje. Éstos, los tropiezos, nos hacen reconocer el valor de ese descubrimiento”

Wittgenstein (Investigaciones Filosóficas, 119) [4]

En Enero de 2005, invitado por Grupo Campos Elíseos[5], Tom Andersen visitó la Ciudad de México, con el objeto de impartir un taller de dos días intitulado: Expresiones y Reflexiones. Durante el taller Tom Andersen, psiquiatra noruego, que prefiere presentarse como médico rural interesado en las conversaciones reflexivas, nos habló de su trayectoria teórica, epistemológica y clínica. También habló de las ideas que han influenciado los cambios a lo largo de su trabajo. El taller se llevó a cabo con un ritmo y tempo noruego que invita a la contemplación y a la reflexión.

En respuesta a la petición de Jacquie Fortes surgió la idea de entrevistar a Tom para la revista de la Asociación Mexicana de Terapia Familiar. Me pareció una buena oportunidad de hacerle algunas preguntas acerca de su trabajo y de su persona, se lo comenté a Tom el sábado por la noche y él me contestó que para él era muy importante que los terapeutas de México que no tuvieron la oportunidad de asistir al taller escucharan lo que él tenía que decir.

Planeamos la conversación para el domingo por la mañana, Tom estaba dispuesto a participar en la entrevista siempre y cuando le asegurara que él iba a poder hablar de lo que él quería hablar y de la forma como quería hablar y que yo, como entrevistadora y escritora, me comprometía a hacerles llegar el contenido a los lectores, tal y como él lo exponía con los ajustes necesarios debido a la traducción.

El domingo por la mañana camino al aeropuerto, hicimos una parada en el mercado de artesanías, donde Tom siguiendo su costumbre de observar cuidadosamente a los objetos y a las personas, compró algunos juguetes para sus nietos. En el mercado decidió caminar solo, escoger lentamente la mercancía y cuando sabía lo que quería encontraba la manera de relacionarse y entenderse con los marchantes. Cuando terminó sus compras me preguntó: Sylvia, a qué hora me vas a entrevistar, tengo muchas cosas que decirte.

La conversación que reconstruyo a continuación contiene todos los elementos y las palabras (traducción mía) que Tom utilizó cuidadosamente en esa conversación, que fue una especie de monólogo con preguntas y reflexiones. Las preguntas se ofrecen con el objeto de proveer una estructura a la conversación, que se llevó a cabo de una manera informal, cálida, emotiva y fluida en la que en diferentes momentos aparecieron lágrimas tanto en los ojos de Tom como en los míos.

Nos sentamos en un café en la Zona Rosa, Tom inmediatamente tomó el liderazgo en la conversación y me dijo:

T: Esto es lo que quiero que digas y estas son las preguntas que me gustaría contestarte.

S: ¿Cómo te gusta que la gente te vea y hable de ti?

Para empezar no me gustaría que me vean y hablen de mí como una persona pretenciosa.

Por favor, presten atención a las palabras y al trabajo no a mí como persona.

Ten mucho cuidado de no decir: “Tom Andersen desarrolló los equipos de reflexión. No fui yo, tuve la fortuna de encontrar buenos amigos y colegas con los cuales pude hablar y sus contribuciones se convirtieron en parte del contexto.

Prefiero ser visto como una persona “invisible”, “inaudible”, que constantemente estoy buscando el contexto más amplio. Me interesa influenciar a la persona de una manera importante.

Estoy ocupado en cómo rescatar, cómo resolver los dilemas económicos de la vida de las personas.

Mi trabajo es político.

S: ¿Cuáles fueron las bifurcaciones en el camino de tu vida que han influenciado la manera como piensas, lo que haces, lo que ves y en lo que no te quieres convertir?

Quiero hablar de las bifurcaciones porque todos pasamos por ellas y tenemos que decidir cómo continuar. Algunas decisiones las pasamos sin darnos cuenta, otras resultan muy claras y la decisión tiene que ver más con lo que “no queremos ser”, con lo que queremos dejar atrás. Para mí la primera bifurcación en el camino apareció cuando decidí no ser indiferente, aceptar la “incomodidad” y permitirle ser mi guía en el camino.

Todo lo que he hecho lo he hecho para evitar la incomodidad.

La segunda fue el dejar de ser “instruccional” o “competitivo”, cuando empecé a preguntarle a la gente qué es lo que piensa en lugar de tratarlos de convencer de pensar de alguna manera.

La tercera apareció cuando dejé “el cuarto cerrado” y me moví al “cuarto abierto” haciendo conversaciones reflexivas con las personas y preparándolas con ellas, escuchando lo que ellas quieren decir y hablando de lo que ellas quieren hablar, dejé atrás las conversaciones preparadas. Esto me llevó a salir al mundo real, a sentir en el cuerpo y no en el laboratorio o en la biblioteca, a privilegiar el marco o el contexto de la realidad experiencial.

La experiencia en la práctica determina lo que leo o investigo, evito hacer lo contrario, leer primero y luego salir al campo de la experiencia.

La cuarta bifurcación viene de mi relación con Harry Goolishian,[6] él decía “Reflexiona sobre lo que dijeron y no sobre lo que no dijeron”, y eso me ha llevado a hablar de lo que las personas acaban de decir, a mantenerme cercano a la palabra hablada, a seguir el significado de las palabras y en el caso que éstas afecten el cuerpo. No empiezo por el cuerpo, empiezo por la palabra.

En la vida profesional si no hay palabras no comento.

Respondo a la “expresión” que está esperando, buscando o rogando por una respuesta.

Pregunto cómo quieren utilizar la reunión. No interrumpo el flujo de la plática para preguntar. Pregunto acerca de lo que pueden hablar, con qué ideas se pueden quedar.

Cuido las palabras que uso con frecuencia, grandes o pequeñas.

Las miro, las contemplo y las elijo con cuidado.

S: ¿Cómo llevas a cabo las Pláticas Reflexivas?[7]

Escucho lo que dicen.

La conversación es lo más importante en el camino para encontrar nuevas formas de estar involucrado. Me interesa la manera como se van haciendo las historias, me quedo en el proceso, en el momento de “estarlas formando” y no en el producto.

No trato de buscar una historia, la historia se forma, se encuentra a sí misma.

Hablar de “cosas” es doloroso, la fisioterapia aumenta la respiración creando dolor, entonces la psicoterapia es dolorosa tanto para el cliente como para el terapeuta.

Acompaño al cliente en su búsqueda temerosa, esto es muy doloroso, ver a la gente sufrir, sentir el dolor pero es necesario... Soy muy serio. Me centro en la “otredad”. El importante es el otro, lo que siente, lo que piensa, lo que quiere, lo que dice...

Me gusta privilegiar el conocimiento generado por la experiencia, más que el centrado en la evidencia. El centrado en la evidencia se centra en lo que se ve, el de la experiencia en lo que se ve y en lo que no se ve.

S: ¿Cómo estructuras tus reuniones?

T: No he trabajado en práctica privada, ni por mi cuenta. He sido parte de un contexto universitario y eso me ha proporcionado un salario que me da seguridad y tranquilidad económica.

Los pacientes no vienen a mí, yo voy a ellos (Tom habla de esto como uno de los privilegios que él tiene viniendo de un país como el suyo y en un contexto académico).

En los casos que ellos vienen a mí, los veo tarde en la noche, me sorprende darme cuenta lo poco que necesitan, solamente una reunión donde hablamos de:

¿Cuándo?, ¿dónde?, ¿cómo?, ¿con quién?...

¿Con quién tienen que estar?... ¿En qué dirección tienen que ir?

Descubrimos cuáles son las redes, no necesitamos que las redes estén presentes en la sesión, solamente en nuestras cabezas, algunas de las redes incluyen personas que ya han fallecido.

S: ¿Cuál es tu grupo de referencia, el que está más cerca de tu corazón?

T: El grupo con el que más me identifico y al que considero mi equipo de trabajo son los terapeutas del Norte de Noruega, el Norte de Suecia y el Norte de Finlandia.

Trabajamos con pacientes psicóticos inspirados en el trabajo de “diálogos abiertos” de Jakko Seikkula[8], estamos orientados a responder inmediatamente en situaciones de crisis. Llegamos lo más pronto posible y le permitimos a la gente encontrar sus propios caminos, no son terapias largas sino que les ayudamos a encontrar sus propias redes sociales, a involucrarse. Los que se encuentran más cerca de mi corazón son la Comunidad del Norte de los Países Escandinavos y los Sudamericanos, donde tengo un proyecto con terapeutas de Brasil, Argentina y Colombia, con los que comparto recursos que provienen de los países escandinavos.

S: ¿Qué te llevas de tu visita a México?

La manera como ustedes me han tratado y me han recibido ha sido muy importante para mí, me dan aliento y esperanza para seguir adelante, me obligan a ser un presentador serio, a buscar buenas palabras y a dar el paso para buscar mejores palabras. La descripción es lo más importante, la manera como escogemos las palabras.

Me llevo la emoción de haber convivido con ustedes, mis amigas de Grupo Campos Elíseos, con la gente de Mérida, me emociona que sean un grupo de mujeres. Al finalizar el evento había 9 mujeres en el escenario y eso me habla de una cultura en la que hay más mujeres que hombres, una cultura femenina, que se crea a través de las mujeres y alienta a otras mujeres a escuchar antes de hablar, a ser asertivas y decir lo que quieren y necesitan, eso yo lo veo como un paso político.

Las mujeres son más relacionales y centradas en el contexto, los hombres son más individualistas. Yo creo que la manera como hablamos los unos con los otros pueden llevarnos a crear culturas más solidarias.

S: ¿Qué ocupa tu cabeza?

Actualmente me ocupa el desastre del Tsunami, el uso indiscriminado y el mal uso de los recursos en el planeta, la tecnología, los teléfonos celulares...Me preocupa los servicios que proporcionamos como terapeutas, , la desigualdad en el acceso que tienen los terapeutas a los congresos y reuniones de profesionales internacionales, donde no hay lugar, por razones económicas, para las voces de los terapeutas de países pobres... y en este momento me preocupa que se nos ha acabado el tiempo... es hora de partir.

Reflexión personal

Sylvia London

Me gustaría compartir con ustedes que en los años que conozco a Tom, nos hemos encontrado muchas veces en muchos lugares distintos, he conocido a un hombre cada vez más preocupado por el ser humano, por la desigualdad del planeta, por el uso de los recursos personales, familiares, sociales y ecológicos. Un hombre de pocas palabras, muy agudo en su pensamiento, muy cálido, con un ritmo lento y con convicciones precisas y claras. Tom no habla de lo que no quiere hablar y no hace lo que no quiere hacer, sigue fielmente sus principios con la intención de generar relaciones que les permitan a las personas estar en contacto con sus pensamientos, sus sentimientos y sus reflexiones.

Tom está muy interesado en las múltiples maneras como se han utilizado las ideas de los equipos reflexivos, que ahora llama conversaciones reflexivas, en diferentes lugares con distintos grupos sociales y poblaciones. Me comenta que en sus viajes por el mundo se sorprende y emociona de la creatividad que ha encontrado en diferentes grupos de terapeutas que se han aventurado a crear a partir de lo creado. Le entristece pensar que el equipo de reflexión se convierta en una técnica que los terapeutas utilicen sin estar en contacto con las necesidades de sus clientes y de su contexto. Siguiendo su discurso él nos invita a introducir conversaciones o equipos de reflexión siempre y cuando sean congruentes con las ideas y las necesidades de nuestros clientes. También nos invita a usarlos de manera que sean relevantes con nuestras culturas y con nosotros mismos. No hacerlo si estamos incómodos o creamos situaciones incómodas con nuestros clientes y colegas. Nos recuerda que hay que enfrentar el dolor y los retos que se nos presentan como terapeutas.

Quiero agradecer a Tom el privilegio de nuestra conversación, esta vez pública y compartida... una más de las que hemos tenido a lo largo del camino.

Gracias, Tom.



[1] Tom Andersen es psiquiatra y profesor del Institute of Community Medicine (Instituto de Medicina Comunitaria), Sección de Psiquiatría Social, de la Universidad de Tromso, Noruega. Co-creador del Equipo Reflexivo, intervención que sentó la base para los modelos reflexivos en la terapia familiar. Es autor del Libro "El equipo reflexivo. Diálogos y Diálogos sobre diálogos". Ed. Gedisa.

[2] Publicado en Psicoterapia y Familia, Vol., No., 2005

2 Sylvia London M.A., LMFT es socia fundadora de Grupo Campos Elíseos; Docente de la Universidad de las Américas. Dirigir correspondencia a sylvialondon@prodigy.net.mx.

Agradezco a Mónica Sesma por su labor editorial.

[4] Las citas de Ludwig Wittgenstein se incluyen a petición de Tom Andersen.

[5] Grupo Campos Elíseos es un instituto independiente ubicado en México y afiliado al Houston Galveston Institute. Ofrece entrenamiento, supervisión y consultoría desde una perspectiva posmoderna y socioconstruccionista.

[6] Para conocer más acerca del trabajo de Harry Goolishian consultar: Anderson, H., & Goolishian H. (1988). Human systems as linguistic systems. Family Process 27, 371-393.; Anderson, H. (1997) Conversación, Lenguaje y Posibilidades: Un Enfoque Posmoderno a la Terapia, Edit. Amorrortu. O en internet: www.harlene.org.

[7] Tom prefiere utilizar el término “Reflective Talk”

[8] Jakko Seikkula psiquiatra finlandés interesado en el trabajo con pacientes psicóticos utilizando el “diálogo abierto” y los recursos de la comunidad, consultar: Seikkula, J. (1998). From confusion to clearness: Open dialogue creates new language for psychotic patients. In food for thought and dialogue. Houston-Galveston Institute, Galveston VII Symposium, Garrett Creek Ranch, Paradise, TX.